El Parlamento Europeo ha aprobado recientemente modificar las etiquetas energéticas, esto va a conllevar dos consecuencias. Por una parte, desaparecen los +,++ y +++ asociados a la letra A. Se volverá a la tradicional diferenciación desde la letra A (más eficiente) a la G (menos eficiente). Pero además y con el fin de ayudar a lograr una elección más consecuente, se va a facilitar el consumo de kWh en un período determinado de tiempo. Esto va a permitir a las familias y consumidoras conocer el gasto de los diferentes electrodomésticos antes de efectuar la compra.
Podemos obtener más información en el siguiente vídeo:
Desde Europa se quiere contribuir a: «un ahorro energético equivalente al consumo total de energía de las repúblicas bálticas: 200 TWh (teravatios-hora al año en 2030). La Unión Europea pretende mejorar su eficiencia energética en al menos un 27 por ciento con el horizonte puesto en 2030«. Teniendo en cuenta el precio de la luz en España (la quinta más cara de los 28), y la importancia que tiene dentro de los recibos de las familias (casi 60€ mensuales). Es muy importante entender cómo la eficiencia energética puede ayudarnos a llegar de manera más cómoda a fin de mes, para ello vamos a necesitar conocer (consumo del electrodoméstico, buenas prácticas recomendadas para su uso, mantenimiento, coste de aparato, etc.). Con estos datos debemos realizar un cálculo simple, y elegir pensando en que a veces: «lo barato, sale caro».
Aunque con estos mismos cálculos vamos a poder ver que a veces, no los productos más caros son necesariamente los más eficientes, ni lo de mejor calidad y evidentemente no serán los más baratos a largo plazo.
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